Al momento de estructurar jurídicamente un emprendimiento, el fideicomiso inmobiliario goza de ciertas ventajas para los inversores, que no tienen otras figuras jurídicas.
1- Patrimonio separado: Desde la transferencia al fiduciario, el fideicomiso inmobiliario genera un patrimonio separado, literalmente, regido por una propiedad especial: la propiedad fiduciaria. Esto permite que ni los acreedores del fiduciario por causas distintas al fideicomiso, ni los de los fiduciantes, beneficiarios o fideicomisarios, puedan cobrarse sus deudas del patrimonio fideicomitido.
2- Administración estipulada: Regido por el principio de la libertad de contratación, el fideicomiso inmobiliario es un contrato con mucho margen de personalización. Es por eso que, del acuerdo inicial entre fiduciantes y fiduciario, puede pactarse punto por punto como va a ejecutarse la administración del negocio y asimismo como será la auditoría y los controles periódicos.
3- Objeto amplio: Continuando con el principio de libertad de contratación, fiduciantes y fiduciario podrán acordar un objeto con prestaciones de las más diversas índoles, incluyendo dentro del encargo fiduciario todo tipo de actividades vinculadas al sector inmobiliario.
4- Destino cierto de la inversión: El fideicomiso inmobiliario es un contrato cuya esencia es ser una encomienda en confianza. El fiduciante hace un encargo en confianza al fiduciario, para que este cumpla la manda. Estas directivas se plasman en el texto del contrato por lo que queda de modo muy claro cuál va a ser el destino de las inversiones (terreno, dinero, materiales, etc.); no pudiendo utilizarse discrecionalmente por así haberlo pactado contractualmente.
5- Otras ventajas: Posibilidad de mejorar los parámetros de oportunidad económica al requerir financiación, en comparación, por ejemplo, con el crédito bancario; acceder a beneficios impositivos cuando el fiduciante ocupe a su vez el rol de beneficiario; previsión de soluciones alternativas y prevención de conflictos entre inversores en caso de intereses contrapuestos; liquidación anticipada ante insolvencia; etc.
Cabe destacar que para que todas estas ventajas se materialicen a los ojos de los inversores, se deberá contar con un asesoramiento previo especializado que estructure y plasme adecuadamente las necesidades de fiduciantes y fiduciario; y luego finalmente con una administración profesional y transparente del emprendimiento inmobiliario.